Propietario

Has tomado la decisión de vender.

agraria capital

Si tu decisión es firme, entonces hablemos.
Si realmente deseas una solución personalizada, realista y ejecutable para la venta de tu activo agrícola, estamos preparados para avanzar.

Trabajamos únicamente con propietarios que conocen y aceptan la realidad del mercado, que entienden el marco legal de una operación de compraventa y que son conscientes de que todo proceso serio exige orden, tiempos, información y rigor. Cuando existe ese alineamiento, somos un socio directo, comprometido y eficaz. Ahí es donde se construyen operaciones sólidas y con sentido económico.

Ahora bien, si no se comparten estos principios; si no existe una expectativa razonable de precio, una comprensión clara del proceso o una disposición real a estructurar la operación correctamente, preferimos ser claros desde el inicio.

No somos un comprador oportunista ni improvisado.
No participamos en procesos sin fundamento.
Y no forzamos operaciones que no tengan lógica económica o jurídica.

En Agraria Capital hacemos las cosas bien, con criterio, transparencia y responsabilidad.
Si compartes esta forma de entender el negocio, podemos hacer una operación seria y profesional.
Si no, con todo el respeto, no somos el socio adecuado.

Esta es nuestro protocolo de trabajo:

Identificando una oportunidad

Siempre estamos abiertos a analizar nuevas oportunidades de adquisición. A nuestras oficinas llegan numerosas propuestas, pero somos deliberadamente selectivos: solo avanzamos con una o dos, aquellas con las que realmente nos identificamos, en las que nos sentimos cómodos desde el punto de vista económico, jurídico y operativo, y en las que entendemos que existe una capacidad real de generar valor.

No perseguimos volumen ni operaciones apresuradas. Apostamos por proyectos bien planteados, con fundamento, donde nuestro conocimiento, criterio y gestión puedan marcar una diferencia tangible y sostenible en el tiempo.

Estudio de documentación

Solo avanzamos con oportunidades correctamente estructuradas y documentadas, aquellas que, desde un punto de vista práctico, permiten diseñar y ejecutar una futura due diligence con rigor. En nuestro proceso no hay espacio para suposiciones ni para actos de fe: analizamos exclusivamente aquello que está documentado, contrastado y es objetivamente evaluable.

La información incompleta, las expectativas no sustentadas o los escenarios hipotéticos sin soporte técnico, jurídico o económico no generan valor ni permiten una toma de decisión responsable. Nuestro criterio es claro y transparente: lo que no se puede acreditar, medir o verificar, no forma parte del análisis. Solo así es posible construir operaciones sólidas, defendibles y alineadas con la realidad del mercado.

Sentido común

En cualquier proceso relevante, y muy especialmente en una posible negociación, el sentido común no es opcional: es imprescindible. Una operación solo puede avanzar si ambas partes son capaces de definir conjuntamente unos protocolos de negociación y adquisición coherentes, realistas y plenamente alineados con la legislación vigente.

Si no existe voluntad para estructurar el proceso con rigor, transparencia y respeto mutuo; si las posiciones son inamovibles o se confunden expectativas con realidades de mercado; o si falta el mínimo marco de entendimiento y profesionalidad, no somos la opción adecuada.

Creemos firmemente que los acuerdos sólidos se construyen desde la racionalidad, el equilibrio y el respeto entre las partes. Sin estos principios, no hay base para avanzar, ni para generar valor a largo plazo.

Acuerdo final

Alcanzar un acuerdo final es, ante todo, un ejercicio de respeto mutuo, responsabilidad y coherencia con todo el proceso previo. No se trata únicamente de cerrar una operación, sino de materializar de forma ordenada y justa los compromisos, expectativas y condiciones que ambas partes han venido construyendo a lo largo de la negociación.

Un acuerdo solo es sólido cuando refleja fielmente la realidad del activo, el marco legal aplicable y el equilibrio económico alcanzado, sin atajos ni imposiciones de última hora. Para nosotros, el acuerdo final debe ser la consecuencia natural de un proceso bien estructurado, transparente y profesional, en el que ninguna de las partes se sienta forzada ni sorprendida.

Si durante el camino se ha trabajado con rigor, documentación adecuada, sentido común y buena fe, el acuerdo final fluye. De lo contrario, preferimos no cerrar antes que cerrar mal. Porque un buen acuerdo no es el que se firma rápido, sino el que resiste el tiempo, la gestión y el mercado.

Si consideras que compartimos una visión alineada y que existe una base real para hacer negocio con rigor y sentido común, estaremos encantados de atenderte y analizar conjuntamente tu oportunidad.


Volver

Se ha enviado tu mensaje

Advertencia
Advertencia
Advertencia
¡Aviso!


Tus datos se tratarán con total confidencialidad, cumpliendo la normativa de protección de datos vigente (RGPD), y solo se utilizarán para gestionar la comunicación contigo. Revisa nuestra Política de Privacidad.